La recompensa a ¡nada!
Son mejillas arreboladas, ternura,
los tres premios mayores:
un texto, una canción, un recuerdo.
No hubo ni táctica ni estrategia, sutiles dardos
o tira y afloja;
no hubo ni pico ni pala
ni derroche de ingenio.
Sólo hubo -intencionado, confieso-
un ligero toque en el cuello, obligado por otro lado. El resto
fue deslizarme (camisa) ladera abajo
No habrá "semanas después...", reproches, celos,
encuentros sin desencuentros. No.
Si acaso alguna vez
volvemos a encontrarnos
será como si nada, como si todo de nuevo.
¿Bailas?
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